domingo, 18 de noviembre de 2007

Karmatron

Una minigalería de Karmatron aparece por aquí. Estos dibujos fueron dibujados en 1988, hace ya casi 20 años. Cada semana leía las aventuras de tan fabuloso personaje y no podía esperar a leer las nuevas enseñanzas del Manual del Guerrero kundalini.


Fue uno de mis grandes motivantes de dibujo; el salto de los monitos de palitos, a las historietas fue gracias a Karmatron, bueno, en realidad fue gracias a Óscar González quien años después me enseñaría, junto con su padre, cosas que van más allá de simplemente "echarme unos trazos".


Karmatron hizo mella en muchos aspectos de mi formación como persona. Aún si mucha de mi cultura entraba vía Marvel (4 fantásticos, Vengadores, Spider-Man), vía MAD (los viejos títulos setenteros que mi papá guardaba y los títulos ochenteros que compré en Sangron's antes de que se echara completamente a perder) y por supuesto vía Asterix (recibía dos números nuevos por lo menos cada Navidad), Karma vino a definir todas esas influencias.


Fue lo que mantuvo todo entero, coherente. Quizá cuando tienes 11 años no comprendes todo, pero va de alguna manera "tallando" un lente a través del cual tu perspectiva va cambiando. No dudo, porque me sucedió, que a veces olvidas ese lente y usas uno disfinto, ves las cosas en blanco y negro (o negras úncamente), sin embargo olvidarlo no es perderlo. No creo ser muy distinto al niño que dibujó estos Karmas, de hecho, creo que hoy estoy más cerca de él, que hace 19 años. CLICK para tamaño Kundalini ooooooooooommmmmmmmmm.

3 comentarios:

Luis Alvaz dijo...

Es curioso mirar por esa ventana, esa que apunta al pasado, a los inicios, a las raíces. Todo eso que te ha formado y te alimenta día con día.
En el presente todo es tan cotidiano, pero olvidamos el proceso.
Eso me provocó tu post, no sólo porque sé que la tesis que hacen, tú y Manu, se refiere a Karmatrón (¿me equivoco?), sino porque sé que lo que siempre platicamos, de los que concordamos o en lo que no nos ponemos de acuerdo, tiene un porqué, algo que siempre está en nosotros, pero que a la vez está en los amigos, en los conocidos, con quienes nos sentamos a compartir un rato, quizás ahora, quizás mañana.

Manu dijo...

Como dice Luis, asomarse a esa ventana llamada pasado nos hace cuestionarnos o bien analizar las cosas que han ido formándonos como personas, todo el camino que hemos recorrido para llegar a ser lo que somos ahora, en este momento, y bien tratar de visualizar el camino que nos falta por recorrer siguiendo, tal vez, la misma pauta.

Oscar González Loyo dijo...

Muchas gracias por este post, me hace tener más energías para seguir adelante.
¡Saludos!